EL LIBERALISMO ES CONSERVADURISMO DURO

13.02.2019


No toda revolución es un cambio, ni todo avance es eso que parece.

Los "liberales modernos" están empeñados en marcar distancia con los "conservadores modernos", con el argumento de que ellos sí apoyan todas las libertades, como el matrimonio igualitario o el aborto y otros. Cuando el cordón umbilical que les une y les da vida, es la libertad de mercado y que constituye el conservadurismo puro y duro. Por lo que ha sido apoyado por los grupos adinerados, puesto que les ha resultado muy beneficioso esta tesis liberal. Ya lo decía George Orwell en su novela "1984": "la libertad es esclavitud".

No olvidemos, que el liberalismo nació como una contra réplica de lo conservador, y por muchos años la batalla entre liberales y conservadores fue a muerte, pero ahora son hermanitos que se llevan bien y hasta han devenido siameses. Luego de la revolución francesa se ubicaban al lado izquierdo pero hoy están al lado derecho, aunque muchos dicen que son de centro. Lo cierto es que caminan cogidos de la mano, y nos quieren hacer creer que los conservadores han devenido liberales, cuando es al revés.

El liberalismo ha sido un arma de doble filo, con el un filo enfrentaban a los conservadores y con el otro al pueblo, y a la final terminaron beneficiando a los conservadores. Es por eso, que en nuestro tiempo se han reconciliado y hoy se sienten a gusto entre ellos, tienen diferentes nombres pero son de derecha plena.

Los liberales enfrentaron a los conservadores y exterminaron a la monarquía en algunos lugares, pero principalmente exterminaron la estructura y propiedad comunal, que era la base de la vida del pueblo en el mundo entero.

En Europa, el pueblo funcionaba en forma asociativa con un tipo de propiedad grupal, que es lo que se denominaba la "Comuna". Pero luego el liberalismo impuso las libertades individuales y la propiedad privada, que acabó con la propiedad y vida colectiva que le sostenía al pueblo. Y con la extinción de lo comunal, los que salieron beneficiados no fue el pueblo a los que ellos decían liberar de la monarquía y de los conservadores, sino que fueron los nuevos monarcas republicanos, que en el fondo eran los monarcas antiguos con nueva máscara y la alta burguesía, que es como se mantienen hasta ahora.

En el fondo, no hubo exterminación de la monarquía o de las relaciones de poder económico, sino un reciclaje a viejos y nuevos grupos de poder. Pero lo que sí hubo es la exterminación de lo comunal como forma de vida natural y milenaria que tenía el pueblo, lo que significó su desarticulación y la consecuente sociedad que tenemos ahora: individualista, egocéntrica, hedonista, suicida en tanto ha puesto en peligro a la especie misma.

El pueblo que tenía un poder con la Comuna en el Estado pre-liberal, fue destruido por el liberalismo. La comuna que tenía sus propias leyes y estructuras basadas en una economía de cooperación, de mutualidad solidaria, la perdió posteriormente con el estado liberal. A ese sujeto colectivo se le desarma a nombre de la libertad, el cual ya no es miembro solidario de una comuna que le apoya y que le sostiene, sino que pasa a vender su fuerza de trabajo individual a un patrono, y luego a un empresario.

La llamada "revolución industrial" es la que dio el golpe de gracia, en la que especialmente el campesino empobrecido y que sostenía la vida de Comuna, la abandona y se va a la ciudad con el sueño de encontrar fortuna como pregonaban las élites. La propiedad privada se aprovecha de ello, y sigue comprando mas tierras a buen precio, lo que da la estocada final a la Comuna, que era el poder popular.

La burguesía naciente con su liberalismo había derrotado al feudalismo y a la monarquía para instaurar plenamente el capitalismo, pero que a la final resultó el reciclaje de un poder contra el pueblo en otro poder en las mismas condiciones y situaciones. Los beneficiados siempre han sido los sectores altos y el pueblo siempre ha salido perdiendo con todas estas "revoluciones". El liberalismo que procede a terminar con lo comunal y a repartirse esa propiedad asociativa en manos privadas o particulares, procede paralelamente a ilegalizar las asociaciones horizontales y todo tipo de organizaciones naturales y milenarias, que eran la base de la vida comunal en Europa.

Mientras los conservadores defendían el viejo sistema monárquico, y que el pueblo esté organizado en comunas para que produzcan más y mejor para el rey, y al mismo tiempo estén mejor controlados; el liberalismo destruye lo comunitario a pretexto de combatir lo monárquico y clerical, pues en la práctica estos poderes se mantuvieron de otra manera, y solo fue un cambio de imagen. Lo que había que hacer era exterminar de raíz con la monarquía y el clero, a partir de consolidar y repotenciar lo comunal, pero se hizo lo contrario. Se pasó de un extremo al otro, de la propiedad comunal que tenía el pueblo a la propiedad privada y que le resultó peor a los sectores populares, especialmente a los campesinos. Luego, el sistema de propiedad privada lo que ha hecho es ir acumulando la propiedad en pocas manos hasta llegar al neoliberalismo, en donde se ha concentrado aún más la propiedad en todo el mundo con la globalización en marcha. Con el liberalismo y el neoliberalismo se ha acentuado y acelerado la desapropiación, ahora todos trabajan y viven para el 1% mundial, gracias a la propiedad privada y a la libertad de mercado.

Con la propiedad privada se afectó ante todo a la propiedad comunal antes que a la propiedad monárquica, y lo que provocó es que se jerarquizó y piramidalizó aún más la sociedad. La revolución liberal que pretendía liberarlos de la monarquía terminó esclavizándolos con la propiedad individual, que en todos estos años lo que ha hecho es que "el pez grande se coma al pez pequeño". El liberalismo ha sido el paso, entre la explotación monárquica-conservadora a la auto explotación individual.

El liberalismo procedió a concentrar el poder y al pueblo en el Estado liberal, como nuevo tutelaje. El pueblo ya no estaba tutelado por la monarquía, el clero y los conservadores, sino por el Estado, quién "cuidaba" de sus derechos y le reconocía algunas "libertades". Lo que a la final era la pérdida del poder del pueblo en sí mismo, para entregarle al Estado. Con la consolidación del capitalismo y la lucha del pueblo, pero ya no como comuneros sino como asalariados que reclaman más ventajas y protecciones al Estado tutelar y lo cual era empujado por los socialistas, los liberales proceden a desprenderse del Estado como lo habían hecho siempre como su concepto de defensa del pueblo y le comienzan a acusar ser el causante de los problemas del pueblo, y de los trabajadores en particular. El problema no era la propiedad privada sino el Estado, desde ahí los liberales se van acercando a los conservadores, hasta que se fusionan y la nueva dicotomía que surge es entre Estado-propiedad privada que se mantiene hasta nuestros días. La nueva lucha es entre socialistas que siguen siendo de izquierda, y los conservadores y liberales que pasan a ser de derecha. Estamos actualmente en una lucha entre estatistas y neoliberales, con sus respectivos intermedios.

El Estado liberal que vigilaba a los patronos pero también a los trabajadores, es un arma de doble filo para el pueblo, quién es dependiente de quién esté en el poder del estado, ya que su poder propio en la comuna o en lo colectivo ya ha sido aniquilado definitivamente. Los socialistas toman al Estado liberal como su instrumento de lucha, lo que ellos llaman la "toma del poder", que es la toma del Estado para desde ahí construir su socialismo, luego de lo cual dizque construirán el comunismo, donde ya no necesitarán del Estado ni de la propiedad privada. Lo cierto, es que el Estado liberal es un instrumento de control y de dominación, que lo utilizan la derecha y la izquierda, a su medida y necesidad de poder, y en la que el pueblo está a sus vaivenes porque ya no tiene ningún poder real, es solo sujeto dependiente del estado o de lo privado, a quienes exige mejores condiciones de vida.

Todo esto podría resumirse en el grito de los campesinos anabaptistas alemanes alzados contra los príncipes protestantes y el emperador católico. "Omnia sunt communia!": "Todo es común" o "Todo es de todos". Hoy más necesario que nunca. La expresión fue utilizada en el siglo XVI por Thomas Müntzer, símbolo del protestantismo reformista, durante la guerra de los campesinos alemanes de 1524, también conocida como la revolución del hombre común. Omnia sunt comunia!, repetían los campesinos contra los que vallaban las tierras: lo que antes había sido común se iba convirtiendo en propiedad privada. Nada de esto, tiene que ver con el comunismo que pretende acabar con la propiedad individual o privada y concentrar la propiedad colectiva en el Estado.

Rafa Cuadrado también aporta al respecto: "Mientras que los totalitarismos de Estado pueden ser contemplados como expresiones sociales desequilibradas (y, en última instancia, falsas) del principio de Comunión, en donde la individualidad queda subsumida y aplastada por su adecuación a una fuerza impuesta desde un poder estatal concentrado, autoritario y jerárquico; el neoliberalismo capitalista, por su parte, puede ser visto como una expresión desequilibrada del principio de Individualidad, en donde la libertad colectiva se ha identificado con la libertad de los mercados (desregulación económica) y la libertad y el desarrollo personal se han identificado con la noción de una ilusoria libertad de consumo o, en su defecto, una promesa de libertad individual ganada "con el sudor de la frente" a través de una justificada y glorificada competencia social: "En el capitalismo mágico, somos todo lo libres que nuestro dinero puede pagar, dado que tal y como reza su primera ley: "la libertad de las personas es inversamente proporcional a la libertad de los capitales"[1]

Feminismo liberal

El liberalismo para las mujeres también fue peor, porque antes estaban bajo la tutela general del monarca y de la iglesia, pero no de su marido, como consecuencia la vida común y diaria entre los esposos en la Comuna era más equilibrada. Es con el código napoleónico, y los subsecuentes códigos civiles que se entrega a la esposa bajo la tutela del marido, y es en donde se acentúa el machismo y el patriarcalismo entre los sectores populares, pues este tutelaje al marido se daba en las clases ricas de la monarquía y sus acólitos. Este machismo se daba principalmente en las ciudades y en los sectores altos, pues en el campo la vida era comunal y trabajaban mutuamente hombre y mujeres sin mayores diferencias, aunque ambos tenían que entregar parte de su trabajo a la monarquía y el clero., a través de impuestos principalmente.

Este tutelaje al marido es una acción que vino desde el Estado liberal y no de los varones en sí mismos, vino desde el nuevo poder institucional y que es entregado a los hombres, algo que no era así anteriormente, donde ambos eran tutelados por el rey, pero la relación de esposos era relativamente igual. De la sumisión de todos al monarca y a la iglesia, a la mujer se le crea una nueva sumisión y se le entrega al marido en particular. Esto es obra del liberalismo y no de los conservadores que querían seguir manteniendo la tutela de los reyes y la iglesia. Irónicamente, las costumbres machistas y patriarcales se acentúan más con el liberalismo.

Posteriormente, con los problemas que se generan, al haberse perdido el sistema comunal de vida y con la entrega a la mujer a la tutela al marido, se comienzan a producir más confrontaciones entre los esposos. Mas todavía se da la disputa entre ellos cuando desaparece la familia ampliada y luego la familia nuclear, hasta llegar al tipo de familia actual, donde se ha roto todo el tejido social, y la mujer está más indefensa y sola frente a su marido. A su vez, el marido tiene que sostener desesperadamente el hogar hasta con las uñas, y ella se le queja de que no le avanza con lo que le da. Se aceleran las disputas y las discusiones, y llegamos a los feminicidios que se dan en grandes proporciones en nuestro tiempo y que no se daban anteriormente; los cuales se dan justamente en su mayoría en hogares pobres y medios bajos. La propiedad privada, el estado protector, y todas las libertades individuales, que no son mas que formas de individualismo y desapropiación, han acelerado el machismo y el patriarcalismo a su extremo.

Algo parecido, sucede en los hogares medios donde las mujeres salen a trabajar, y los hijos se crían con las empleadas domésticas que son las mujeres pobres, especialmente indígenas, (y que luego les hacen una película [Roma] para dizque valorarlas). Los hijos sin el soporte de los padres, porque ellas dicen que se han liberado de la tutela del marido. Todos trabajando para el sistema neoliberal, en la que un puñado de hombres se llevan la mayoría del pastel. Dicen que son libres, pero son mas esclavos que nadie. En la Comuna tenían poder, pero luego ya divididos, separados e individualizados, no son nada. La fuerza estaba en la vida comunal, y ahora solo se lucha a través de los sindicatos pero en medio de una sociedad fragmentada, por lo que no tienen mayor peso, y cada vez van de peor en peor.

Los socialistas que casi nunca lucharon verdaderamente por la Comuna, porque la consideraban una forma atrasada o arcaica, ya que el problema era tan solo la propiedad de los medios de producción y el desarrollo de las fuerzas productivas, también procedieron a concentrar todo su poder en el Estado y no en el pueblo organizado colectivamente. Por ende, las mujeres también tenían que estar protegidas por el Estado, es decir, dependientes de una burocracia que vele por sus derechos, lo que quiere decir desempoderadas de sí mismas, esperando que el papa Estado las cuide.

El Estado del Bienestar sigue el mismo sentido, y todos los tipos de Estado, en la que los vínculos entre hombre y mujer no dependen de sus afectos, sino del Estado, de la economía, de la política. El Estado que marca lo que es correcto para su vida, y la economía de mercado que regula sus ingresos, el cerco completo total. Y a eso le dicen la "sociedad libre", cuando en la práctica, la sociedad de los derechos (izquierda) y del mercado (derecha) es la sociedad de los esclavos o de claustro, en la que ahora todos se auto explotan libremente.

Incluso, con el derecho al voto de las mujeres y antes dado a los hombres, les fue peor. Antes asistían ambos a los consejos y asambleas para dar sus opiniones y para construir juntos las Comunas, pero luego con el voto se perdió todo eso, y hoy la democracia se limita a un voto, un triste voto liberal representativo cada 5 años, y que va en contra de la participación directa y cocreadora de la vida social.

El Estado Socialista

La disputa actual, es entre la izquierda que propugna la tutela del Estado y la derecha de lo privado, pero que en la práctica es la tutela del gran capital, en la que los empresarios tutelan a todos, especialmente a los pobres, hombres o mujeres, bajo el argumento de que son ellos los que generan las fuentes de trabajo. Ese el discurso neoliberal de nuestro tiempo: solo los ricos saben criar riqueza y todos deben estar bajo su batuta para que sean beneficiarios del chorreo que ellos generan. De tutela en tutela, hasta llegar a la auto explotación, en donde dicen que ya son libres y que no necesitan ni tienen ninguna tutela. El mito liberal, que al conservadurismo le ha caído como anillo al dedo para seguir controlando la sociedad.

El mito liberal y que gusta a los conservadores, es que apoyan a la libertad del capital y del mercado, pero en realidad para el pueblo ha sido la pérdida de la autonomía del cuerpo, de la subjetividad, de la memoria, de la vida. La libertad del capital y del mercado es para los trabajadores, para que puedan venderse a la oferta y demanda del mercado, en la que hay tantos buscando trabajo que no tienen más remedio que auto explotarse para no perder el trabajo. El pueblo compitiendo entre ellos por un miserable puesto de trabajo que les paga lo mínimo posible. Eso es la ley de la competencia que pregonan los liberales y conservadores, y que dicen que se diferencian porque están a favor o en contra del aborto.

Por su parte, la izquierda que le dice al pueblo que el Estado va a resolver su situación, y han creado un Estado poderoso como en China, Corea del Norte, Cuba. Con todo el poder despótico y monárquico que ello conlleva. De la que han querido emular los progresistas o socialistas del siglo 21, pero que no lo han podido y también han fracasado ruidosamente.

Irónicamente, la izquierda latinoamericana fue la que destruyó lo comunal en este continente, bajo el argumento de que querían liberarlos de la burguesía, al igual que los liberales de la monarquía en Europa. La población indígena era tutelada por el terrateniente, que seguía siéndolo luego de la revolución liberal, y con lo cual se mantenían las milenarias comunidades, que eran su sostén y su fuerza, especialmente como cultura. El estado liberal, básicamente era para la gente de la ciudad y para los sectores altos y medios, pero en el campo se seguía manteniendo el sistema de hacienda, pero que mantenía la cohesión de la población indígena y de su sistema de vida, que también le traía las mismas ventajas al hacendado que a la monarquía con la comuna.

Pero luego con la reforma agraria, que también les quería liberar del yugo en las haciendas, se terminó destruyendo el tejido social comunitario, y hoy son mano de obra barata y libre para las empresas. El indio estaba pobre, explotado; pero su lengua, sus tradiciones, su vida comunitaria se mantenían, y luego con los derechos individuales que le concedió el Estado y que supuestamente le estaba liberando, en la práctica fue su mayor esclavización al mercado. Pero ante todo significó la desaparición de la comunidad en su esencia, y ahora queda solo como membrete, pues se ha parcelado la propiedad y prácticamente ya no hay propiedad comunal y peor una vida comunitaria. Las lenguas y todas sus cosmovisiones están en proceso de desaparición. Tampoco se consolidó lo comunal, bajo el mismo argumento de que eran formas atrasadas de producción.

Como consecuencia de todo lo señalado anteriormente, como dice María del Prado Esteban[2], quien nos ha inspirado al respecto: "estamos asistiendo a la creación de la posthumanidad, una casta de seres que sirvamos sólo para el trabajo (...) lo que se busca es la asexualización, toda la energía ha de estar al servicio de las instituciones."

En este sentido, la salida es retomar (no regresar a) lo comunal, que lo han destruido los liberales y los socialistas, es decir, salir de la tutela del Estado que promueve la izquierda y la tutela del mercado que pontifica la derecha. La ruptura con el Estado es ahora y no en el comunismo, como dicen los socialistas y comunistas. Esa salida, es la "autogestión comunal", que ya lo han entendido los zapatistas y otros grupos autóctonos, como asimismo colectivos como las ecoaldeas y las cooperativas integrales que van surgiendo en diferentes partes, y que se han ido más allá del Estado y de lo privado. Sistema en el que el poder está en el pueblo, ya sin ninguna tutela sobre ellos, basados en instituciones naturales y que se desenvuelve en la auto construcción, y que funcionan horizontalmente pero que mantienen un nivel de jerarquía para permitir su funcionamiento dinámico.

Ojalá la izquierda, especialmente el progresismo, lo entiendan algún día, pues siguen creyendo que todos deben andar atrás de ellos. Es lo que le ha dicho AMLO a los zapatistas, queriéndoles hacer caer en la trampa de que los socialistas con el Estado van a cambiarles todo. Quiere repetir lo que ha hecho Evo en Bolivia, en donde desafortunadamente la mayoría han caído en esa trampa y lo comunitario se va desgranando. De la misma manera que los liberales fueron alguna vez izquierda, los socialistas también están pasando a la derecha.

La salida es un trans-neoliberalismo y un trans-estado, para que sea posible otro mundo.

ATAWALLPA OVIEDO FREIRE


[1] La necedad de vivir sin tener precio, 2012.

[2] https://bit.ly/2WULufx

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